2ª Temporada

Hola

Tenía pensado para la vuelta al blog una parrafada muy currada dedicada a vosotros, mi público, en la que de una manera muy emotiva me deshacía en explicaciones, disculpas y grandes elogios a vuestra paciencia, quizás incluyendo una foto mía llorando. Pero... ¿qué coño? No os debo nada, basuras. Es lo bueno de internet, la libertad total de hacer lo que te sale de las pelotas. Bueno, de internet y de una libreta que tengas en tu casa. Un bloc, como decía un amigo mío.

Es cierto que ha pasado mucho tiempo, y que la cruel prensa especializada se olvida de uno de la noche a la mañana. Pero ya estoy aquí. Y vuelvo a estar en la cresta. Y vosotros os preguntaréis: Cuántas cosas te habrán pasado en todo este tiempo, truhán, cuántas juergas te habrás corrido, maldito bastardo... Relátanos todo ese imaginario, llévanos por la senda de tu último año de vida, deléitanos con simpáticos pasajes de tus recuerdos. Bien, pues no hay nada de eso. Este último año me he dedicado a muy pocas cosas, básicamente a la tesis. El viernes 3 de diciembre de 2010, a cosa de la una y media, se terminó la pesadilla. Algún tiempo para descansar me he tomado, lo reconozco, pero vengo renovado y con el firme propósito de recomenzar con esto. A ver qué tal. En la misma línea de siempre, el grueso de los contenidos serán gilipolleces, algo de pelis-dicos-libros, y quizás en esta nueva temporada surja algo más, me estoy pensando meter cosas extra, pequeños excesos. Esto último lo tengo muy desaconsejado por mis abogados, ya veremos. Os iré desgranando el material poco a poco, para que podáis saborearlo a gusto.

Hay mucha mandanga(*), os lo aseguro. Qué bonita frase de cierre.

Un abrazo a todos.


(*) Me gusta el sonido de esta frase en gente respetable, tipo Obama.